lunes, 11 de febrero de 2008

PAPA, ¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?


La semana pasada al entrar en una de las piscinas de mi ciudad, junto a la taquilla pude observar varios montones de publicidad (cursos, academias, gimnasios, etc) pero me llamó la atención uno que tenía tamaño y formato de periódico. Lo cogí, y observé que era para promocionar el deporte en edad escolar. Debido a que este tema me apasiona me puse a leer con atención y ví un artículo que refleja perfectamente mi pensar sobre el cáncer que suponen los padres en el deporte escolar.

Como me veo incapaz de hacerlo mejor me limito a transcribir literalmente el texto, con firma del Consejo Superior de Deportes, espero que os guste:

No sé como decirtelo. Seguramente crees que lo haces por mi bien, pero no puedo evitar sentirme raro, molesto, mal. Me regalaste un balón cuando apenas comenzaba a andar. Aún no iba a la escuela cuando me apuntaste al equipo. Me gustaba entrenar durante la semana, bromear con los compañeros y jugar el sábado como hacen los equipos grandes. Pero cuando vas a los partidos...no sé. Ya no es como antes. Ahora no me das una palmada cuando termina el partido ni me invitas a un bocata. Vas a la grada pensando que todos son enemigos, insultas a los arbitros, a los entrenadores, a los jugadores, a otros padres...¿Por qué has cambiado? Creo que sufres y lo entiendo.

Me repites que soy el mejor, que los demás no valen nada a mi lado, que quien diga lo contrario se equivoca, que solo vale ganar. Ese entrenador del que dices que es un inepto es mi AMIGO, el que me enseño a DIVERTIRME jugando. El chaval que el otro día salión en mi puesto, ¿ te acuerdas? Si hombre, aquel que estuviste toda la tarde criticando porque "no sirve ni para llevarme la bolsa" como tú dices. Ese chico esta en mi clase. Cuando lo vi el Lunes, me dio verguenza. No quiero decepcionarte. A veces pienso que no tengo suficiente calidad, que no llegaré a ser profesional y ganar cientos de millones como tu quieres. Me agobias. Hasta he llegado a pensar en dejarlo, pero me gusta tanto... Papa, por favor, no me obligues a decirte que no quiero que vengas más a verme jugar.
CSD

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajaja, muy bueno el texto