GRANDES PLUMAS I

Con este nombre titularé la nueva sección que hoy inaguro. Todos los jueves una prestigiosa persona de la sociedad cordobesa, con algo interesante que contar, nos deleitará de una forma altruista con una columna de opinión. Todo el contenido ha sido elegido líbremente por la persona abajo firmante, de cuyas opiniones no me hago responsable. Espero que os guste.

EL CONFLICTO VASCO

Hace no mucho tiempo que el autor de este blog me comentó la brillante idea de inaugurar una nueva sección en su espacio independiente. Como no podía ser menos y a sabiendas de que su mentalidad liberal no me iba a censurar ni una sola palabra me dispuse a crear el siguiente artículo:

Ninguna violencia es buena, ni la de las armas ni la del monopolio del estado.

Como de todos es sabido, Euskal Herria (Pueblo Vasco) es la denominación que se le atribuye a las siete provincias vascas, las cuatro españolas mas las tres francesas. Es en este espacio donde la climatología, la orografía, la lengua, las costumbres e incluso me atrevería a decir la etnia, son distintas de las del resto de España.

Así como las tradiciones de los pueblos peninsulares se han fusionado con razas latinas, germanas, africanas o judías, las de este singular país han mantenido en cierta medida sus raíces. Son estas raíces las que el vasco lucha por conservar y por las que muchos españoles intentan destruir mediante el desprecio, quizás por envidia o quizás por ignorancia.

Innumerables son los motivos por los que el vasco reniega de España. Aun no se olvida los intentos de supresión de la lengua y de la identidad cultural por parte de españoles y franceses, ni el dolor causado por la Legión Cóndor (aliada de Franco) en Güernica, ni la constante búsqueda del enfrentamiento social por parte de la derecha española, ni el encarcelamiento de presos políticos, ni las torturas a ciudadanos inocentes, ni los asesinatos, ni la falta de libertad de expresión.

Cualquier imposición siempre se vuelve en tu contra. Los vascos dijeron no a la Constitución de 1978, dijeron no a una autonomía disfrazada de españolismo y ahora les ofrecen otro no a la propuesta de referéndum sobre la autodeterminación. Y es que el miedo al sí es tan grande en España que tras mas de veinte años de gobierno nacionalista en el País Vasco no se atreven a concederles un derecho tan básico como es el de que la ciudadanía elija si con España o sin ella.

A pesar de todo esto, el conflicto vasco vale para algo. El terrorismo y todo lo que genera a su alrededor es el botín perfecto para conseguir la máxima rentabilidad electoral por parte de algunos partidos políticos. Sin el conflicto vasco, el programa de la derecha española quedaría vacío de contenido porque el dolor y el sentimiento emocional que genera ETA es utilizado como base para la captación de votos. De esta manera, la política que se supone debe de ser constructiva se convierte en destructiva.

Una política constructiva es la que utiliza el diálogo como medio de resolver conflictos. Es el diálogo la clave del entendimiento tanto en política como fuera de ella, porque a través de una cosa tan sencilla como la palabra, se han conseguido resolver muchos conflictos armados en el mundo (IRA, Eslovenia, Kosovo...). Y si una bestia que se ha convertido en indomable (ETA) golpea al diálogo, la palabra se repone del golpe y golpea aun más fuerte sobre quienes interfieren en el pueblo vasco, que en definitiva, no son ni más ni menos que las armas y el estado español.

Mientras muchos espacios de la geografía española han decidido arrodillarse ante un centralismo absurdo y caduco, es digno de admirar como este pueblo ha sabido plantarle cara en los últimos dos siglos mediante la lucha política y la armada (no justificable).

El conflicto vasco va más allá de ETA, de los partidos políticos, de España, de las víctimas del terrorismo o de cualquier otro tipo de ideología.

Seudónimo: Mikelats