SEMANA SANTA

Hoy es domingo de ramos, comienzo de la semana de pasión. Que bonito, una semana al año no hace daño, al menos eso dicen, pero que le pregunten a los trabajadores de Sadeco como queda la carrera oficial tras un día de procesiones. Se reirían de los que critican a los jóvenes (con razón) por la suciedad que dejan en los botellones. Y entre esos “guarros” de carrera oficial los hay de todas las edades (incluso de la de piedra), pero de esos jamás se dice nada.

“La burra” es la primera de las imágenes que comienzan su “estación de penitencia”. Llena de niños que son obligados por sus padres a salir con 6 añitos. Que bonita procesión, llena de peques que no saben muy bien que pintan ahí, con esas ropas y esa hoja de palma en la mano. Odio los padres que inculcan a sus hijos ideales ya sean religiosos, políticos, deportivos, etc. Eso si valores como educación, respeto, igualdad…de eso nada. Dejemos que se hagan grandes y escojan lo que quieren hacer y creer. Totalmente en contra estoy por supuesto del bautizo con meses de vida y de la comunión con 9 o 10 añitos.

Por lo demás es una fiesta que llena hoteles en Córdoba, esperemos que los cordobeses que se parten la cara porque su cristo es más bonito que el de la hermandad vecina (no había uno solo…que lío) sepan estar a la altura de la ciudad que los ampara y no pierdan la oportunidad de promocionarnos como futura capital europea de la cultura. Aunque a muchos eso no le interesa.

Tengamos personalidad por favor, disfrutemos de nuestra fiesta y no busquemos comparaciones con Sevilla. Su Semana Santa se “mea” en la nuestra, igual que los carnavales de Cádiz y las cruces de Granada por ejemplo lo hacen en las nuestras. En cambio nosotros somos mejores en otros aspectos como…bueno en algo seremos mejores, maldita memoria la mía. Pero bueno, lo nuestro a nuestra escala también es bonito, disfrutemos sin más.

Esperemos que el tiempo nos respete, bueno os respete, y todas las hermandades puedan salir por nuestras calles. Resulta muy triste ver a todos llorar cuando la lluvia hace acto de presencia y las imágenes se quedan en sus templos (la gente le llama templo durante esta semana, el resto del año solo utilizan el término iglesia). A mi me da pena, mucha pena, sobre todo por la gente que durante 365 días vive comprometido por lo que en esa semana glorifican. Esa gente que no habla en las radios locales, que no les entrevistan los periódicos y que no van de estrellas, o aquellos que siendo así, cumplen con su religión y su compromiso.

La otra clase social de la semana santa no me merece ni el menor respeto. Hablamos de gentuza como los costaleros “rajaos”, que no respetan a sus “hermanos” que trabajan codo con codo a su lado, hablamos de nazarenos que hablan, comen, y gastan bromas, hablamos de los reyes de la noche, que son los capataces estrella, con sus requisitos: grandes patillas, gritos a destiempo o por afán de protagonismo cuando el micrófono de canal sureste cerca, traje negro y muy repeinaos, vamos como Bertín Osborne en lluvias de estrellas. ¿Qué pensará el de arriba de esa imagen?

Por supuesto esta gente no son mayoría en esta fiesta, pero ahí están y nadie hace nada por expulsar a esta “mierda”. Por suerte nuestra semana santa esta llena de buenos cofrades, que durante todo el año ayudan a su hermandad, que luchan por hacer este folclore más grande, gente que pelea por la igualdad de sexo en sus cofradías, que están en las malas, que siempre que se les requieren acuden, gente que ama al prójimo, que comulga con su Dios, durante todos los días, que son buenas personas, acuden semanalmente a su cita en los templos, etc. Esta gente es la que abunda en nuestra semana santa, por eso es tan grande…