viernes, 9 de mayo de 2008

UNA CARTITA

Hoy estoy un poco enfadado, así que voy a rajar sin compasión. Se que yo tendré mil fallos, mil errores y grandes cagadas… ¿quién no las tiene? Pues últimamente me están tocando las narices algunas personas, más de las previstas la verdad. Y si no hablo reviento, así que hablaré.

Odio a la gente que va de estrella por la vida. Sea cual sea el motivo por el que se cree un ente superior me resulta asqueroso. Odio los personajes que van de figuras del deporte y son de equipo de barrio. Odio a los que riman “verde” con “rebelde” y se cree poetas. Odio a los que juzgan el analfabetismo de otros cuando no son capaces de hacer bien su único trabajo en la vida, estudiar.

Me queman los que infravaloran unas carreras y a sus estudiantes, y entran en otras en las que se arrastran como miserables ratas de alcantarilla. Me queman los que ponen excusas en la universidad, nunca suspenden por su culpa. Vaya gremio malo el de los profesores…Me quema los que critican las reformas educativas y se tiran a la calle contra ellas, pero no les da por ponerse a estudiar.

Me desquician los radicales. Los que mueren por lo suyo y cierran los ojos al resto. Me desquician los “cordobitas que les encanta todo lo de Córdoba y no abren los ojos, y no ven como nos hundimos en el subdesarrollo, pero ellos les importa un carajo todo mientras la peña les entretenga.

No puedo ver a los que se dejan llevar por cualquier locutor resentido, los que tragan todo lo que una cadena de televisión diga. No puedo ver los que opinan por opinar (como bien dijo Groucho Marx “Es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente”) No puedo ver los que solo leen el periódico…por los deportes, o los que toda la vida pasan una hoja porque no la entienden, y nunca se preocupan por saber de que va. No puedo ver a los mitómanos de cantantes, deportistas, escritores, etc., a los que forran sus carpetas y las llenan de firmas y frases horteras de quinceañeras, cuando tienen muchos más.

También admiro y mucho. A los que luchan por un futuro sin pisotear a los otros, a los que se sobreponen a las vueltas de campana que de vez en cuando te da la vida, a los que siempre tienen un minuto para llamarte, para escribirte o simplemente para pensar en ti. Admiro a los trabajadores en la sombra, a los que tienen talento natural para algo y jamás vacilan de ello, currando día a día para mejorar.

Aprecio a los amigos de verdad, los que se conocen un día y permanecen en tu vida todos los demás. A los que saben disfrutar cada uno de los momentos, a los que lucharon por ti. A las personas que a diario intentan acabar conmigo, y no saben que el efecto es el contrario. A los que sus metas son a corto plazo, a los que se dejan aconsejar y escuchan a la gente.

Y me acuerdo siempre de los únicos héroes que existen, que son los que más a la sombra se tienen en muchos momentos, los que de verdad nos quieren los que jamás se irán de nuestro lado, nuestros padres y nuestros hermanos. Y sobre todo me acuerdo de los que lo tuvieron más difícil y con más coraje y tesón hicieron las maletas para recorrer España de feria en feria, para traer el pan a su familia, o entraban en trenes de mala muerte para recoger uvas en Francia o cuidar de animales de los terratenientes de Andalucía. Por no hablar de las criadas que cuidaban de los niños de los ricachones y llevaban esa casa y la suya, o la que se guardaban un caramelito en el bolsillo para poder comer cuando salieran de la fábrica de golosinas en la cual estaban siendo explotada y con los años la artrosis diera la cara por tantos años entre el frío de mil cajas de pescado. Como no los voy a querer coño, si son mis abuelos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

UFFFFFFFFFFFFF me he emocionado leche!!!
que grande eres!!!

Anónimo dijo...

apoyo totalmente el comentario de Laura
un beso

Anónimo dijo...

apoyo totalmente el comentario de Laura
un beso